Caminando la Argentina: Mendoza

En la columna «Caminando la Argentina» que sale por «Verdes y Frites», recorreremos las provincias de nuestro país de la mano de Gonzalo Yurkievich: Licenciado en Geografía y Doctor en Historia.

Mendoza:

Está ubicada al suroeste de la Cuyo, al oeste del país, limitando al norte con San Juan, al este con el río Desaguadero, que la separa de San Luis, al sureste con la provincia de La Pampa, al sur con Neuquén (parte de su frontera la forma el río Colorado), al oeste con las regiones chilenas de Valparaíso, Metropolitana de Santiago, O’Higgins y Maule, cuyo límite está determinado por la divisoria de aguas de la cordillera de los Andes. Los límites de las provincias de La Pampa, Río Negro, Mendoza y Neuquén, se encuentran en un punto, en la intersección del río Colorado con el meridiano 68°15′O.

Con 2 086 000 habitantes en 2020, es la quinta jurisdicción de primer orden más poblada, por detrás de la provincia de Buenos Aires, la provincia de Córdoba, la provincia de Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con 148 827 km² es la séptima más extensa, por detrás de las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Córdoba y Salta.

A partir de análisis arqueológicos se ha podido determinar que los primeros pobladores de Mendoza llegaron durante el Holoceno. Sin embargo es escaso el material existente de aquellos primeros pobladores como para conocer en profundidad sus costumbres y actividades (ver Cultura de Ansilta). Algunos de los primeros de los que se tiene un registro abundante son los que habitaron el Valle del río Atuel en el 12 300 a. C. dedicándose a la caza y a una agricultura incipiente de maíz, zapallo, quinoa, porotos, etc. Dominaban la cestería y la alfarería en forma rudimentaria. En este valle se desarrolló la Cultura de Agrelo, considerada la antecesora de los Huarpes. En la zona norte de la provincia se desarrolló esta última cultura, quienes fueron a su vez influenciados por el Imperio incadurante el siglo xv. La tradición oral establece la llegada del inca Túpac Yupanqui a Coquimboalrededor del año 1470.

Entre los ríos Barrancas y Diamante vivían los puelches, recolectores y cazadores, emparentados con los pehuenches. Es de notar que, hasta inicios del siglo xvii los pehuenches étnicamente eran principalmente huarpes que luego se irían mapuchizando. En cuanto a los puelches (gente del este en mapudungun) este etnónimo dado por los mapuches abarcaba en lo que hoy es el sur y sureste de Mendoza a etnias de diversos linajes (principalmente huarpes del sur, guenaken o patagones del norte, e incluso het (antiguos pampas), todos estos pueblos quedaron mapuchizados desde la segunda mitad del siglo xviii.

Con la formación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, el Corregimiento de Cuyo fue separado del Virreinato del Perú y de la administración dirigida desde Chile, para ser incorporado al nuevo virreinato con capital en Buenos Aires, con lo que dicha ciudad, con la que ya existía un importante contacto comercial y cultural se convirtió en la encargada de administrar el área. La cordillera de los Andes pasó a ser una frontera política a partir de dicho punto.

La Revolución de Mayo de 1810 fue conocida en Mendoza el 6 de junio de ese año, pero los cabildantes vacilaron entre adherirse a la revolución o enviar tropas a Córdoba para sumarse a la contrarrevolución organizada por Rafael de Sobremonte. Finalmente, el entusiasmo popular motivó que el 25 de junio se decidiera acatar a la Primera Junta y enviar el diputado que ésta solicitaba. En un principio se eligió a Bernardo Ortiz, pero tras su fallecimiento fue reemplazado por Manuel Ignacio Molina, quien integró así la Junta Grande.

En el año 1814 José de San Martín decide que en lugar de luchar en el norte, la forma más efectiva de derrotar a los realistas sería formando un ejército en Mendoza para desde allí cruzar los Andes y tomar Chile, y atacar Lima con las naves chilenas. San Martín explicaba que se debía crear

… un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza, para pasar a Chile y acabar allí con los godos. Aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar Lima; es ése el camino. Hasta que no estemos sobre Lima la guerra no acabará.

Para llevar a cabo el Plan Continental y formar al Ejército de los Andes se necesitaba una fuerte reorganización del ejército y el respaldo de un importante desarrollo industrial. Se instaló una fábrica de pólvora, una fundición de artillería para la cual se contrata a 300 obreros, fábricas para los tejidos que componían la vestimenta militar, talleres para las tintas que les daban color, y un laboratorio de explosivos. Para todo esto se contrató mano de obra proveniente de San Luis, San Juan, La Rioja, Corrientes, Córdoba y Buenos Aires; así como también la colaboración de talleres locales y mano de obra voluntaria.

Para financiar la campaña se modificó el régimen tributario provincial, gravando con impuestos los capitales y el consumo de carne. Se alentó la realización de donaciones y se tomaron medidas como la disminución de los sueldos de determinados sectores

Curiosidades de la Provincia:

El 70% de los vinos argentinos se produce en las casi mil 200 bodegas que hay en Mendoza. Más de 130 están abiertas al turismo. En sus terruños construyeron hoteles de diseño amigables con el entorno y restaurantes de cocina de autor; organizan recorridos en bicicleta, yoga, días de campo, vuelos en globo, cenas entre barricas, además de las degustaciones de vino. El tiempo estimado de vuelo desde la capital argentina a Mendoza es de una hora y media, aproximadamente. www.mendoza.tur.ar

El Aconcagua es la montaña más alta de América y del Hemisferio Sur. Con seis mil 962 metros sobre el nivel del mar,  se levanta en la Cordillera de los Andes, en el Parque Provincial Cerro Aconcagua. Es un territorio frío y seco, pero también  un refugio para guanacos, pumas y zorros. No necesitas ser escalador  profesional para hacer un trekking. Solo debes hacerte de la compañía de un guía experto. Cuentan que a los pies del cerro vivían unos gigantes  que robaron el agua de la montaña para bañar sus tierras sedientas. El Aconcagua enfureció y liberó cascadas torrenciales para ahogarlos.  

  • El creador de Mafalda, Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino,  es mendocino.
  • La Fiesta Nacional de la Vendimia, que tiene lugar en Mendoza hace exactamente 87 años, y que este 2016 es el sábado 5 de marzo.
  • Plato fuerte de las festividades del vino, la Fiesta de la Vendimia, como se la conoce, marca un tiempo de celebración en Mendoza: en las mesas abunda el vino, abundan las bodegas con planes turísticos — música, muestras de arte, comidas al aire libre — y abunda también la alegría, como un coletazo final del verano. Es, por así decirlo, el momento ideal para visitar la provincia.
  • La fiesta cierra los cálidos meses de festejos patronales, que van desde enero a marzo, a lo largo de los 18 departamentos de la provincia. Pero también marca el inicio de la cosecha de los tintos. Por todo ello, la vendimia en Mendoza se celebra a lo grande: un desfile de carros alegóricos a temas vendimiales, una vistosa fiesta de baile y música para 50 mil personas, todo coronado por la elección de una soberana. Ahora bien: ¿qué se celebra realmente? ¿Qué la hace tan especial? Y sobre todo, ¿por qué se lleva a cabo?
  • La vendimia, el rito. En tiempos antiguos, en que griegos y romanos surcaban el Mediterráneo con sus galeras, la vendimia era un momento singular. Para ellos, la cosecha de las uvas marcaba el fin del varano y, con él, ese período en que el mundo duerme el sueño del invierno. Era, también, la celebración de la fecundidad. Y la celebraban sin miramientos, con grandes libaciones (como se llamaba entonces) y hecatombes de bueyes, corderos y reses en ofrenda a los dioses. Era un momento para hacer las pases con ellos y augurar así la brotación al cabo del frío y los días grises. Esa tradición es la que marca en el calendario la colecta de las uvas y es, también, la que continúa vigente hoy, aunque hayan cambiado los dioses y los horizontes.

Mendoza en vendimia. Durante medio siglo, el que va desde 1870 a 1920, Mendoza se consolidó como una región productora de vinos. Creció el número de bodegas (de 420 a 1.100) y de hectáreas plantadas, y la provincia ató su economía al devenir del vino. Con esos guarismos, no es raro que en 1919 se hiciera la primera celebración ni que tuviera cierto tinte helénico entre los industriales pudientes de la época, que soñaban con Europa. Había otra vendimia, sin embargo, que tenía lugar en las hileras de la vid. En ella, entre guitarras y fogones, los trabajadores de la viña ponían fin a su faena de cosecha.

1) El día en que Evita casi fue coronada como reina de la Vendimia

A la Fiesta de la Vendimia de 1947 asistieron Juan Domingo Perón y Eva Duarte. Tal como comenta el historiador Gustavo Capone en un artículo publicado en MDZ Online, las soberanas departamentales dispusieron que la reina debía ser Evita Perón.  

Sin embargo, ella rechazó el ofrecimiento y Nélida Morsucci de Tunuyán fue coronada como reina.

PUENTE DEL INCA

Puente del Inca: algunos datos curiosos que tenés que conocer sobre uno de los emblemas de la provincia de Mendoza. 

Dentro de los atractivos mendocinos más destacados se cuenta esta formación de colores rojizos que llama la atención tanto por su apariencia como por su historia, si querés conocer un poco más de este lugar mirá estas curiosidades que quizás no sabías.

Tres lugares de postal en Mendoza

  1. ES PARTE DEL PATRIMONIO MUNDIAL DE LA UNESCO

El puente forma parte del Qhapaq Ñan o Camino Principal Andino, una red de rutas de más de 23.000 kilómetros de largo que era la columna vertebral del Imperio Inca. La Unesco lo describe como un sitio “de valor excepcional” que demuestra la habilidad humana “para convertir uno de los escenarios geográficos más duros del continente americano en un entorno habitable”.

Ciudad de Mendoza es una ciudad del oeste de Argentina y capital de la provincia homónima. Se localiza en la llanura al este de la cordillera de los Andes. Es una de las principales ciudades del país, y con su aglomerado urbano, denominado Gran Mendoza, alcanza una población total que supera el millón de habitantes. Su superficie es de 57 km², aunque su área metropolitana se extiende 168 km².

Es un principal polo industrial, un punto estratégico fundamental de las relaciones del Mercosur. La actividad económica está vinculada al comercio, la industria de servicios y principalmente la actividad turística en torno a la industria vitivinícola por lo cual junto con otras ciudades del mundo, es denominada capital mundial del vino.

Fue una ciudad cosmopolita, debido a la gran cantidad de inmigrantes principalmente italianos y españoles arribados entre el último cuarto del siglo xix y el primer cuarto del siglo pasado, y aunque ciertas minorías de inmigrantes de otros orígenes, como árabes o franceses, se radicaron en aquellos tiempos aquí, la mayoría de los mendocinos, como casi todos los argentinos, proceden de la confluencia de españoles, italianos y originarios. En la actualidad hay un número considerable de inmigrantes de países de la región como Bolivia, Chile, Paraguay y Perú. Posee una variadísima oferta cultural y actividad nocturna, es una ciudad turística por excelencia y un destacado centro universitario.

Como en otras grandes ciudades, su tendencia poblacional es neutra, debido a la falta de territorio para su expansión. A esta situación, se suma que muchas familias de alto poder adquisitivo eligen vivir en barrios fuera del centro de la ciudad, con lo que el incremento poblacional se registra en el resto de los distritos del Gran Mendoza. Considerando su área metropolitana, su población aumenta a razón de un 2 % por año, una tasa mayor que Córdoba y Rosario.

ZONDA

Para otros usos de este término, véase Zonda (desambiguación).

Tarde de viento Zonda en el parque.

El viento Zonda es un viento argentino, local, seco y cálido que frecuentemente sopla y lleva mucha suciedad sobre las estribaciones orientales de los Andes, en Argentina. Este viento nace en el anticiclón del océano Pacífico, por lo que inicia siendo un viento frío y húmedo. Luego, es desviado por el ciclón de la Precordillera y entra en la zona de mayores alturas, chocando con estas y generando lluvias orográficas y nevadas en la cima de la cordillera. Más adelante, ingresa al territorio argentino (provincias de Mendoza, San Juan, Catamarca, Salta y La Rioja) en forma seca y baja la cordillera, aumentando su temperatura por compresión adiabática o efecto Föhn, generando temperaturas de hasta 40 °C.

Este viento es bienvenido en la región de Cuyo, ya que provoca nevadas que proporcionan disponibilidad de agua. El Zonda se desarrolla mayormente entre mayo y octubre. 

Sus efectos se perciben en la provincia de La Rioja, Mendoza y más fuertemente en las de San Juan y Catamarca, siendo un lugar afectado particularmente la ciudad de Tinogasta, donde el viento se siente con mayor fuerza.

Leyenda de su origen

Según la leyenda, Gilanco era un joven huarpe fuerte y ágil que jamás erraba un disparo con su arco. Era admirado por su pueblo. Llevado por su vanidad, subía las montañas matando todos los animales a su paso solo por diversión; esto irritaba a Yastay, divinidad protectora de los animales de las montañas, quien apareció ante él y le dijo que la Pachamama no toleraba más sus actos y que si volvía a ellos recibiría un gran castigo. 

Al tiempo, Gilanco volvió a sus andanzas. Pachamama se le apareció dejando suspendida en el aire su flecha, y lo envolvió en torbellinos de polvo arenoso. Dijo que había sido muy despiadado y cruel y recibiría su castigo. Un gran remolino de viento lo alzó por los aires y un viento caliente comenzó a alejarse del lugar arrastrando todo sobre la tierra. Desde entonces, se dice, sopla el viento Zonda cuando alguien desobedece a la Pachamama

LAGUNAS DEL HUANACACHE

Cuentan además que el Sol, lloró lágrimas de arrepentimiento y a medida que iban cayendo sobre la tierra, le dieron nacimiento a un sitio venerado por nuestros originarios, los Huarpes, las Lagunas del Huanacache o Lagunas del Rosario de Huanacache, en el noroeste de Mendoza.

Leyenda sobre El Parque General San Martín: por Alma Victoria Carrizo Aparo. Primer Grado de la Escuela Divina Trinidad.

“Unos cien años atrás, en la cima del pico más alto de la cordillera de Los Andes, habitaba un Cóndor que desde pequeño observaba la tierra árida y desértica que hoy es Mendoza. Todos los días al anochecer cerraba sus ojos imaginando que a la mañana siguiente, vería esa tierra seca cubierta de una gran vegetación. Pero el tiempo pasaba y nada ocurría, siempre amanecía y el mismo paisaje aburrido seguía ahí. Luego de varios años, el pequeño Cóndor se convirtió en un adulto y su sueño creció con él, tanto pero tanto tanto, que decidió desplegar sus alas al máximo y volar hasta encontrar ese paisaje soñado. Así fue que recorrió miles de kilómetros hasta que por fin llegó a tierras con abundante vegetación de todo tipo. 

Feliz, decidió buscar un nido en lo más alto del lugar pero ningún árbol podía ofrecerle la vista que en su sueño imaginaba desde lo alto de la montaña donde había vivido toda su vida. Un día, mientras se deleitaba con un vuelo rapaz acariciando con sus patas las hojas de los árboles más altos, se formó una gran tormenta, con mucha lluvia y un gran viento, que lo arrastró sin control hasta caer al suelo, donde permaneció hasta que la tormenta cesó. 

Asustado, todo mojado y embarrado, decidió emprender el largo viaje de regreso a casa. Pero el barro se secó y el ave no podía volar como antes, su plumaje era muy pesado. Así, voló y voló sin descanso hasta que por fin a lo lejos observó el pico más alto de américa, su hogar. Pero su esfuerzo no fue suficiente. A poco de llegar, no pudo seguir en vuelo y cayó rendido al pie de la majestuosa montaña, a quien le regaló su último suspiro con las alas desplegadas en un abrazo infinito. 

En ese momento se desató una gran tormenta y cada gota de lluvia lavó todo su plumaje, descubriendo una gran cantidad de semillas que habían viajado protegidas entre el calor de su cuerpo, la humedad de sus plumas y el barro seco. Sin saberlo, nuestro amigo el Cóndor finalmente había logrado cumplir su gran sueño, dando vida a la basta vegetación que hoy  cubre el Parque General San Martín. 

Cuenta la leyenda que el Cóndor permaneció inalterable en el lugar y hoy custodia su sueño en la cima del emblemático portón que da ingreso al jardín de la provincia”

CONFLICTO

La tierra del sol y del buen vino. La Mendoza conservadora, donde no pasa nada. La tierra árida donde el trabajo construyó oasis. La ciudad de bellas plazas y elegantes avenidas. La tierra de altas montañas y turismo bodeguero. La provincia de la perpetua escasez hídrica. ¿Escenario de desigualdades territoriales y sociales? ¿Campo de disputa por tierra, agua y proyectos productivos? 

Mendoza presenta rasgos de marcada aridez, los 200 milímetros (mm) que precipitan al año han hecho necesaria la sistematización y regulación de sus ríos cordilleranos y han impulsado la extracción de agua subterránea. Desde su origen, el desarrollo productivo provincial estuvo atado a la disposición de tierras aptas para el cultivo y, fundamentalmente, de agua. Aunque la escasez hídrica es un fenómeno de orden natural, la gestión del recurso estuvo condicionada por decisiones de privilegiar determinados territorios, actores y actividades, en detrimento de otros. 

El modelo vitivinícola fue, desde sus orígenes, una forma de integración local a la dinámica nacional, asumiendo características singulares en cada momento histórico específico8. La especialización de la economía provincial en la elaboración de vinos comunes a gran escala para abastecer al mercado interno estuvo signada por la acción estatal, en manos de los grandes grupos económicos y las elites locales –herederos de los propietarios coloniales.9 El desarrollo capitalista de Mendoza no escapó a las características nacionales: “dependiente, limitado y deformado” (Azcuy Ameghino, 2011: 54)10. El supuesto “progresismo” local no estaba reñido con la persistencia del latifundio terrateniente, la penetración del capital extranjero, las paupérrimas condiciones de obreros y peones, los resabios de relaciones precapitalistas, tales como la papeleta de conchabo y el contrato de viña. El minifundio fue el reverso de la concentración de la propiedad de la tierra; en Mendoza se verificó una mayor (y no por eso mejor) distribución de tierras con respecto a la Pampa Húmeda (Marianetti, 1948; Cortese, 1992). Así se fue constituyendo una clase social dominante de base vitivinícola, bodeguera y terrateniente, altamente relacionada con el capital extranjero

La dinámica de los asentamientos poblacionales de Mendoza y la distribución territorial de oasis entre hectáreas y hectáreas de tierras no irrigadas son resultado de largos procesos históricos de luchas sociales por el espacio, la apropiación y distribución de los recursos escasos e imprescindibles- que componen el medio ambiente natural. 

A lo largo del tiempo, los modelos de acumulación en Mendoza han trazado en el espacio una configuración territorial fragmentada, que concentra recursos, población y poder en una pequeña porción del territorio, a costa del despojo o agotamiento de otros espacios, recursos y grupos sociales minoritarios, los que se integran al modelo desde su subordinación, su vulnerabilidad y se aproximan progresivamente a la exclusión (Montaña et. al., 2005; Cepparo y Torres, 2015). 

Las zonas de “oasis” son el escenario de las actividades principales de la provincia, la vitivinicultura y otras actividades agrícolas e industriales importantes. Las zonas no irrigadas representan la mayor parte del territorio provincial y en ellas se desarrollan actividades ligadas a la ganadería, la minería y el petróleo. 

Los oasis productivos, como así también sobre las rezagadas zonas no irrigadas 

los oasis irrigados como islas verdes en un mar desértico, los prolijos paños de viñas, las bodegas que encierran saberes ancestrales y su ciudad capital, a la que las calles bordeadas de acequias y árboles convierten en una ciudad bosque 

“Durante los últimos 10 años, la región viene sufriendo una disminución paulatina del caudal de sus ríos, fruto del calentamiento global y la reducción nívea, llegando en el caso de Mendoza, según datos del Departamento General de Irrigación (DGI), a la peor situación hídrica de los últimos 33 años, con un 30% menos de agua que el promedio histórico. (Galmarini, 2020) 

Surgen tanto conflictos entre actores desiguales de una misma rama productiva (agricultura), como entre proyectos referidos a diferentes usos productivos (agrarios versus mineros). También conflictos interprovinciales por el aprovechamiento de las aguas del río Atuel; y por la proyectada mega-obra de Portezuelo del Viento sobre el río Grande. 

En cuanto a los oasis o llanuras modificadas son grandes depresiones entre los piedemontes y las llanuras. Ocupan entre el 3 y 4,5% del territorio provincial (720.000 has) favoreciendo los conglomerados urbanos (97% de la población) y las zonas de cultivos irrigados (Abraham et. Al., 2014, 59). 

En la década final del siglo XX se gestó la actual configuración de la vitivinicultura concentrada y extranjerizada, segmentada por zonas, y con agudos conflictos. Hacia el 2000, miles de viñateros pequeños y medianos, y centenares de pequeños bodegueros desaparecieron de la actividad, asumiendo los costos de la reconversión y modernización vitivinícola (Cortese, 2001). 

Liceaga, D’Amico y Martin (2013) señalan tres tendencias sobre la dinámica actual de los territorios rurales mendocinos: a) la tendencia a una concentración cada vez mayor del capital y de la tierra en la vitivinicultura (nuevo modelo de la calidad); b) los conflictos territoriales en zonas no irrigadas (empresarios que compran o usurpan tierras tradicionalmente utilizadas como zonas de pastoreo a campo abierto); c) las disputas relacionadas con actividades extractivas (áreas petroleras y mineras) y de conservación de la naturaleza. 

Nosotros sumamos la tendencia al crecimiento de la desigualdad en la provincia, como contracara de los procesos de modernización y dinamización de algunos sectores, al compás de la proliferación de formas precarias de trabajo (problemática más marcada en algunas zonas y en algunas ramas de la producción). 

Mendoza es una de las provincias con más alta proporción de población en zonas rurales (19%), mientras que el promedio nacional es sólo un 9%.

Las construcciones de los bordes urbanos no han sido homogéneas ni “ordenadas”; los barrios planificados por el Estado –y algunas otras entidades– se asientan, en su mayoría, en lugares con menos servicios e infraestructura. De forma paralela crece el fenómeno de la ocupación ilegal de viviendas en el núcleo tradicional y en la periferia por parte de familias y sectores más vulnerables, en terrenos expuestos a graves riesgos ambientales y carentes de servicios públicos (Dalla Torre y Ghillardi: 2013; Scoonnes: 2018). 

Luego de la crisis del 2001, las construcciones de barrios privados han avanzado sobre áreas tradicionalmente agrícolas, consideradas de mayor calidad ambiental (Guaymallén, Maipú y Luján de Cuyo

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