En la columna «Caminando la Argentina» que sale por «Verdes y Frites», recorreremos las provincias de nuestro país de la mano de Gonzalo Yurkievich: Licenciado en Geografía y Doctor en Historia.
Su capital es la homónima Salta. Está ubicada al noroeste del país, limitando al norte con la provincia de Jujuy y con los departamentos de Potosí y Tarija, en Bolivia, hasta el trifinio hito Esmeralda, donde comienza su frontera con el departamento de Boquerón, en Paraguay, (hacia el noreste), al este con las provincias de Formosa y Chaco, al sur con las de Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca, y al oeste con la Región de Antofagasta en Chile. Con 155 488 km² es la sexta jurisdicción de primer orden.
La base de la economía está dada por cultivos industriales como el cacao café, tabaco, chirimoya, caña de azúcar, banana, mango, papaya, cítricos (pomelo), legumbres (porotos y soja), hortalizas (las que se producen todo el año), vid, ajíes, cebollas, papas y algodón, mientras que aún se mantiene a nivel de agricultura de subsistencia un promisorio cultivo para la región puneña: el de la quinoa.
La ganadería se encuentra representada por la cría de ganado vacuno en la región del valle de Lerma y las zonas despejadas de la región chaqueña, por otra parte es frecuente la presencia de caprinos en las zonas montañosas y se mantiene como un valioso recurso la cría de auquénidos (en particular la vicuña) en las zonas de mayor altitud y aridez, mientras que la cría de caballos es reducida aunque los ejemplares de caballo salteño suelen tener merecida fama por su resistencia.
La minería y la producción de hidrocarburos (petróleo, butano) tienen gran importancia, sobre todo en el norte del Chaco Salteño, contando con una de las mayores reservas mundiales de gas de lutita en el Yacimiento gasífero Los Monos. En la región de la Puna hay ricos yacimientos de diversos minerales (oro, cobre, plomo, plata, estaño, litio, bórax, salitre, potasio, etc.), aún sin explotar o que recién se han comenzado a explotar.
1. La cuna del folclore argentino
Salta es conocida como “la cuna del folclore argentino”. Muchos famosos cantantes de folclore proceden de esta parte del mundo, y el folclore sigue siendo una parte importante de la cultura aquí. Cuando la visites, asegúrate de hacer como un local asistiendo a una de las populares peñas (un espectáculo folclórico).
2. Hogar del Camino del Inca argentino
Perú no es el único lugar con un Camino Inca. El Camino Inca de Argentina pasa por Salta, uniendo las culturas prehispánicas andinas, incluidas las tribus incas, los diaguitas y otros grupos indígenas. Este camino se adentra en los altos Andes.
3. La ciudad de Salta tiene un patrimonio cultural único
La ciudad de Salta tiene un aire claramente diferente al de la mayoría de las ciudades de Argentina. Aunque también está influenciada por los españoles, Salta tiene una mezcla única de las culturas española e indígena, que puede verse en la arquitectura. Los salteños tienden a ser más tradicionales y conservadores que el resto de los argentinos.
4. Tiene selva
No todo son paisajes desérticos. La exuberante y verde selva de las Yungas se extiende hasta Salta, formando parte del bosque andino que se extiende por Bolivia y Perú.
5. Salta es un destino ideal para el Turismo de Aventura
Esta parte del norte de Argentina es un centro para el turismo de aventura. Algunas de las excursiones de aventura que se ofrecen son recorridos en jeeps todo terreno por las Yungas, rafting y tirolina, puenting y ciclismo de montaña.
6. Uno de los ferrocarriles más altos del mundo
Salta cuenta con el quinto ferrocarril más alto del mundo, el Tren a las Nubes. Después de estar cerrado durante 8 meses por reparaciones, el tren vuelve a funcionar. Date una vuelta por este impresionante recorrido ferroviario con una excursión en el Tren a las Nubes.
7. Cuna del vino Torrontés
Salta es la principal región productora de la variedad de uva Torrontés, una uva autóctona de Argentina. Este delicioso vino blanco prospera en las alturas de Salta, especialmente en la zona de Cafayate. Visitar Cafayatepara hacer una cata de vinos es una actividad imprescindible en Salta.
8. Salta hace las mejores empanadas
Pregunte a la mayoría de los argentinos y le dirán que las mejores empanadas del país se encuentran en Salta. Estas empanadas se llaman salteñas y se distinguen por estar hechas sin grasa ni aceite. Los sabores típicos son la carne suave o la carne picante, una versión de carne que suele estar hecha con carne de vaca, pimiento rojo, cebolleta, patata y huevo. No te pierdas otros platos famosos de Salta: el locro (un guiso contundente) y las humitas (similares a los tamales de México).
9. Antes se llamaba Lerma
La ciudad de Salta se llamaba antes Lerma, en honor a su fundador español, Hernando de Lerma. Posteriormente se cambió a Salta. Hay un debate sobre el significado del nombre. Algunos dicen que significa “peña” en quechua (una lengua nativa de los incas), mientras que la versión preferida es que viene de “sagta”, que significa hermoso en aymara (una lengua preincaica). De ahí el apodo, ‘Salta la Linda’ o ‘Salta la bella’.
10. Buen tiempo todo el año
Salta tiene un clima agradable durante todo el año, lo que la convierte en el destino perfecto para añadir a su itinerario de viaje sin importar la época del año en que visites Argentina.
GUEMES
Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte (Salta, 8 de febrero de 1785 – Cañada de la Horqueta, Salta, 17 de junio de 1821), conocido como Martín Miguel de Güemes, fue un militar y político argentino que cumplió una destacada actuación en la Guerra de Independencia de la Argentina.
1 Durante seis años fue gobernador de Salta.
2 Con muy escasos recursos libró una constante guerra de guerrilla, conocida como Guerra Gaucha, deteniendo seis invasiones del ejército español, conservando así el resto del actual territorio argentino libre de invasores realistas.
Durante la primera de las Invasiones Inglesas al Virreinato del Río de la Plata, en 1806, Güemes participó en la Reconquista de Buenos Aires, donde protagonizó una curiosa hazaña: al ver que el barco inglés Justine había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.
Al año siguiente, luchó también en la Defensa de la ciudad frente a la segunda invasión inglesa, en 1807. Después del rechazo, Güemes cayó enfermo y en noviembre murió su padre. Ambas circunstancias hicieron que pidiera licencia el 10 de marzo de 1808 para trasladarse a Salta. Acostumbrado al clima de su ciudad natal, el otoño de Buenos Aires afectaba su aparato respiratorio. La licencia le fue concedida en forma ilimitada.
El 5 de diciembre de 1808 figuró en Salta como cadete del Regimiento de Infantería y teniente del Cuerpo de Granaderos de Liniers, creado durante las Invasiones Inglesas.
Primera campaña al Alto Perú
Después del estallido de la Revolución de Mayo de 1810, la Primera Junta surgida en Buenos Aires envió rápido la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú.
Güemes, como integrante del Ejército del Norte, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca (en la actual Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas altoperuanos. En la batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810 y que fue el único triunfo de las armas patriotas durante esta primera expedición, la participación del capitán Güemes fue decisiva.
Cuando Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú ordenó el traslado de Güemes a Buenos Aires, por indisciplina, causada por una discusión sobre mujeres entre oficiales bajo su mando. Güemes permaneció en la capital, agregado al Estado MayorGeneral.
Güemes fue ascendido a teniente coronel y enviado al norte, para incorporarse a las divisiones de caballería del Ejército del Norte. San Martín lo nombró al mando de la vanguardia, reemplazando a Manuel Dorrego, a quien había sido sancionado y desterrado por indisciplina.
1815
Güemes se presentó en Salta como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la revolución. Pero aun así, no logró nuevos aportes de recursos por parte de los sectores adinerados. Contó con su hermana María Magdalena “Macacha” Güemes como una de sus principales colaboradores.
Las milicias de Güemes contaban con una organización militar reglada cuyo origen se había remontado a 1815 cuando creó un cuerpo militar denominado “División Infernal de Gauchos de Línea”, que aunque no fue autorizado por el gobierno central de Buenos Aires funcionó exitosamente hasta la muerte de Güemes, destacándose en la Tercera Defensa de las Provincias Unidas en Salta y en la Batalla del Valle de Lerma en 1817.
Guerra Gaucha contra los realistas, ayudado por otros caudillejos, como Luis Burela, Apolinario Saravia, José Ignacio Gorriti o Pablo Latorre. Esta fue una larga serie de enfrentamientos casi diarios, apenas cortos tiroteos seguidos de retiradas. En esas condiciones, unas fuerzas poco disciplinadas y mal equipadas pero apoyadas por la población podían hacer mucho daño a un ejército regular de invasión.
Martín Miguel de Güemes y sus gauchos detuvieron otras seis poderosas invasiones realistas al mando de destacados jefes españoles.
Toda la población participaba en la lucha: los hombres actuaban como guerreros, mientras que las mujeres, los niños y los ancianos lo hacían como espías o mensajeros. Las emboscadas se repetían en las avanzadas de las fuerzas de ataque, pero más aún en la retaguardia y en las vías de aprovisionamiento. Cuando los realistas se acercaban a un pueblo o a una hacienda, los habitantes huían con todos los víveres y el ganado, junto a todo lo que pudiese ser útil al enemigo. Esta clase de lucha arruinó la economía salteña, pero las clases populares preferían este descalabro económico a las crueldades de los realistas.
El papel de Güemes en el conjunto era el de organizar la estrategia general y financiarla. Pero tenía un detalle curioso: sus hombres se hubieran hecho matar por él, pero él mismo nunca entraba en combate. En realidad nunca se lo reprocharon ni le exigieron que los acompañara. Por esta causa es que sus enemigos y los historiadores del siglo xix lo acusaran de cobarde. La mayoría de los historiadores posteriores coincide en que la explicación es muy distinta: Güemes habría sido hemofílico, y cualquier herida le hubiera causado la muerte. De hecho, moriría desangrado tras varios días de agonía, causada por una herida que en condiciones normales habría sanado en poco tiempo.
La guerra civil
Güemes había conversado con San Martín sobre la idea de atacar Perú desde Chile. Para ello era necesario realizar el Cruce de los Andes y como necesidad básica, San Martín precisaba tener las espaldas cubiertas, con fuerzas activas en la frontera norte de Salta, para mantener ocupados a los ejércitos realistas lejos de Lima, la capital del Virreinato del Perú. La persona más indicada para dirigir esas operaciones era Güemes y San Martín lo nombró General en Jefe del Ejército de Observación. El salteño estaba continuamente informado sobre los movimientos de San Martín en la campaña del Pacífico, y cuando este desembarcó en la costa peruana, decidió avanzar hacia el Alto Perú.
“Esta organización militar –subraya la investigadora- resultó clave para impedir el avance, en enero de 1817, de las fuerzas realistas hacia Tucumán, precisamente cuando San Martín iniciaba el cruce de los Andes para reconquistar Santiago de Chile, que se hallaba en poder realista, y avanzar hacia Lima”.
Para Mata, la recuperación de Salta y de Jujuy unos meses después permitió acallar a la oposición, que veía en Güemes un agente perturbador del orden social por conceder a las milicias gauchas el goce del fuero militar que los sustraía de la jurisdicción de los Alcaldes y del Cabildo y por haber negociado el no pago de los arriendos a los propietarios de tierras, quienes vieron impotentes la instalación en sus tierras de hombres armados.
Circunstancias de su muerte
“La crisis política en Buenos Aires; la disolución del Ejercito Auxiliar del Perú, convocado por Buenos Aires para enfrentar a la Liga del Litoral, y las dificultades económicas que enfrentaba Güemes para obtener los recursos necesarios para organizar y sostener el ejército -que, por pedido de San Martín, debía marchar hacia el Alto Perú para cercar al Ejército Real del Perú- erosionaron su autoridad”, sostiene la especialista. En este sentido, pocos días antes de su muerte, el 24 de mayo de 1821, el Cabildo de Salta intentó destituirlo por medio de un mensaje que informaba a los vecinos de Salta la deposición: “…del cruel Güemes, monstruo entre los tiranos [….] ya queda este por clamor general de todo el Pueblo, Tropas y Campaña, arrojado de la Magistratura que no merecía y borrado en el todo del Catálogo de Ciudadano e indigno de la mejor indulgencia”.
Mata detalla que el fracaso del Cabildo propició la conspiración que facilitó el ingreso de la partida realista a la ciudad de Salta la noche del 7 de junio, cuando lo sorprendieron e hirieron de muerte. “Diez días después fallecía en la quebrada de la Horqueta, en las proximidades de la ciudad, hasta donde había sido trasladado por sus hombres más fieles”, señala.
LEYENDA
Esteco: la ciudad más poderosa y rica del norte argentino. Con tierras fértiles, favorecidas para la cosecha y edificaciones que resplandecían en oro y plata, El Dorado norteño se había trasladado a una nueva zona, reconstruida y mejorada.
Los habitantes de la ciudad llevaban joyas y colores en su camino, presumiendo cual pavo real aquello que se les había brindado. Como dragones, codiciosos, atesoraban sus riquezas por sobre cualquier otra cosa.
EL FAMILIAR
Los patrones de los ingenios, para hacerse más ricos, para tener más suerte y abundancia, realizan un contrato con el Familiar, que es el diablo. Cada año le ofrecen un peón de los que llegan a la cosecha, para que se lo coma.
En las grandes fábricas suelen ocurrir accidentes particularmente en la caldera y el trapiche y, cuando muere un hombre, se dice que el familiar “ya se ha hecho la víctima” (si muere más de uno es porque está hambriento). El año será de mayor provecho para el dueño del ingenio cuantos más peones coma el Familiar.
Esto explicaría el hecho de que en los ingenios más famosos de Jujuy, Salta y Tucumán desaparecieran peones todos los años y nunca se supiera que había sido de ellos.
Los dueños tenían en la fábrica un cuarto oculto donde vivía el Familiar. Allí enviaban a la gente a buscar herramientas; pero ninguno de los que entraba volvía a salir. Los hombres que conocen de estas cosas son precavidos; llevan una cruz grande colgada en el pecho, un rosario en el cuerpo y un puñal en la cintura. Si les sale el Familiar a querer comerlos, le hacen frente y pelean. Pueden quedar lastimados, con la cara y las manos arañadas y la ropa rota, pero se salvarán gracias a la cruz y al rosario; si el hombre no puede pelear con su facón, entonces será devorado. En los casos en que el peón sobrevive, los patrones les pagan fuertes sumas de dinero para que no avise a nadie y se vaya.
Este ser diabólico aparece como un perro enorme, feroz, siempre al acecho de cualquiera que pase; o como viborón negro con ojos de gatos y cerdas en la cabeza. Se recomienda no matar a las víboras negras que se encuentren, porque puede tratarse del Familiar (no son muy largas pero si gruesas, y a veces tienen cabeza de perro, como el Teyúyaguá de Corrientes). Aparece también como persona, mulita, cerdo o torito negro astuto. Bajo este último aspecto, puede balar y el ganado lo rodea inmediatamente. Se lo ha visto cruzar de noche los cañaverales arrastrando una pesada cadena; nada lo detiene y atraviesa paredes o pantanos sin que nadie logre herirlo.
Los numerosos ingenios de Tucumán, las grandes fincas de Catamarca y San Luis y los viñedos importantes en nuestro país cuentan todos con un familiar que hace parir a las vacas, reproducirse en abundancia las majadas y acrecentar riquezas. Además de comer hombres se alimenta con leche, menudos de vacas carneadas especialmente para él o grandes tachos de locro. Vive encerrado en sótanos donde se lo escucha gemir como un niño, en habitaciones ocultas en las casas o fábricas, corrales de pircas y, en su aspecto de víbora, puede habitar en petacas.
Cuando el dueño se muere y no pasa el secreto a otro, como ya no atienden al Familiar ni le dan de comer, este se pierde y la fortuna desaparece
TARTAGAL Y MOSCONI
Las agitadas jornadas del 7 al 14 en mayo de 1997 en el norte de Salta fueron un mojón ineludible de la resistencia al modelo neoliberal en los 90. Una experiencia que conjugó diversos sectores sociales y flameó la bandera de la independencia partidaria en un momento de desgranamiento político.
Hacia 1997 la situación social y económica de gran parte del país resultaba apremiante. Con niveles de desocupación que superaban el 50%, la realidad en norte del país era aún más grave. Todos los indicadores sociales rebasaban la media nacional.
La provincia de Salta, en particular el departamento General San Martín, era el epicentro de aquella situación a causa de la privatización de YPF. Desde 1991 comienza un proceso de presión para que los empleados se acojan al sistema de retiro voluntario.
Para 1992 la empresa ya se encontraba privatizada y los empleados, en la calle. Aquel cierre impactó de manera muy dura en la zona. Los puestos de trabajo perdidos se calculan en alrededor de 3500 y abarcaban diferentes localidades del norte provincial: Campamento Vespucio, General Mosconi, Tartagal, Aguaray, Salvador Mazza, entre otras.
El dinero que cada trabajador había recibido como indemnización poco a poco se iba agotando. Al no existir ningún tipo de acompañamiento estatal en virtud de generar una reconversión económica de aquellos empleados, lisa y llanamente la gente se fue gastando el dinero para vivir.
En 1995 la situación provincial se agrava aún más con la victoria de Juan Carlos Romero como gobernador, quien acelerará un proceso de iguales características a las nacionales, privatizando empresas del Estado provincial: energía y agua entre otros, servicios básicos cuyos costos comienzan a elevarse, al mismo tiempo que resultan deficientes.
El pueblo agobiado por todos los frentes, comienza a organizarse.
La génesis
Juan Nieva es extrabajador de YPF. Fue delegado sindical y fundador de la Union de Trabajadores Desocupados (UTD) de Mosconi.
Al recordar los primeros años de privatización de la empresa comenta: “Nosotros habíamos presentado un plan de una reconversión productiva. Pedimos tierras, 19.500 hectáreas comprendía nuestro proyecto. Nos ofrecían tierra en las laderas de los cerros que no servían. Siempre se habló de que no queríamos hacer nada y no fue así, nunca hubo voluntad política (…). En el año 95 nos empezamos a juntar para pensar qué hacer. Se empezaron a acercar muchas mujeres , ‘tenemos que luchar, hacer algo para darle de comer a nuestros hijos’ decían”.
Mario Andreani es tartagalense. Es el dueño de un canal de televisión, misma actividad que tenía por aquel entonces. Rememora aquellos intensos días como si todavía estuviera ahí: “La situación económica era realmente muy grave, mucha desocupación. En ese contexto observamos lo que fue Cutral Có. Y mirando aquello, la idea principal que nos junta a un grupo de personas, es visibilizar la zona y lo que estaba pasando. Eso era lo que había pasado en Cutral Có, habían logrado visibilizar el problema con el corte de ruta (…). Nos empezamos a reunir. Sobre todo recuerdo a Oscar Mongelli, farmacéutico, un hombre clave con mucha iniciativa social. Empezamos a generar protestas. Nos íbamos juntando más y más personas”.
En Mosconi, una de las primeras acciones fuertes que logra realizar el autoconvocado movimiento fue la toma del Concejo Deliberante de la ciudad. Funcionarios de todos los niveles tuvieron que “bajar” a conversar con los desocupados. Nieva recuerda: “A ese Concejo Deliberante lo transformamos en un comedor para niños y ancianos. La gente del pueblo empezó a tomar coraje, confianza, y nos llevaba todo tipo de alimentos para hacer una olla popular. Después de 23 días logramos lo que pedíamos, hasta un acueducto de Campamento Vespucio hasta Coronel Cornejo. Logramos que esa población tenga agua potable”.
Las experiencias de organización continuaban fortaleciéndose. Las asambleas sumaban cada vez mas adherentes y nuevas propuestas comenzaban a tramarse. Aquel grupo inicial se propone entonces una acción concreta de visibilización.
Será el periodista Marcelino Jerez, quien se ofrecerá a comenzar una huelga de hambre. Para ese momento de la organización, ya se reclamaban en concreto puestos de trabajo, soluciones laborales puntuales y hasta la presencia del ministro del interior de la nación.
Andreani cuenta: “Nosotros necesitábamos romper el cerco mediático y que la situación salga en los medios nacionales. Entonces Marcelino ofrece levantar la huelga de hambre si se hace una gran asamblea en la plaza pública para tomar decisiones. Bueno, esa noche se decide ir al corte de ruta”.
Semana de mayo
Luego de la asamblea, la movilización popular comienza su marcha hacia la ruta nacional 34. Aquellos kilómetros recorridos serán el comienzo de una semana de lucha que resultará ineludible para la historia de la resistencia popular en la Argentina. Un movimiento desprovisto de conducción partidaria formado por diversos sectores sociales.
Mario Andreani relata aquellos primeros momentos: “La idea era cortar la ruta, juntar 200, 300 personas, hacer ruido y visibilizar. Pensábamos ‘por ahí demoran 10 o 12 horas en sacarnos pero con eso ya logramos el impacto del corte de ruta’. Lo cierto es que a las 24 horas teníamos 10.000 personas en la ruta, una adhesión unánime sin distinción de sectores sociales. Fue un fenómeno social impresionante. Aparecieron un montón de sectores, cada uno con su problemática”.
Por su parte Nieva agrega: “Nosotros pensábamos que no íbamos a poder resistir mucho. Por ejemplo, venían muchos tours de compras a Yacuiba, Bolivia, y eran muchos. Hemos resistido y no han pasado. Eran kilómetros y kilómetros de transporte. Y después, al mediodía ya se sumaron miles y miles de personas (…) había madereros, estudiantes primarios, secundarios, universitarios, maestros, originarios, hasta deudores del Banco Nación”.
Aquel movimiento no estuvo exento de provocaciones, estigmatizaciones e intentos de quebrarlo. Tal como lo plantea Mario Andreani: “La maquinaria del diario El Tribuno estaba apuntada al desprestigio del movimiento. En el corte inclusive pasaron aviones tirando panfletos sobre la ruta diciendo que el gobernador ofrecía tal o cual cosa y descalificando a los que estaban al frente del movimiento social”.
Es recordada también la participación del ex secretario de Seguridad de la provincia, Sergio Nazario, quien al acercarse al piquete para entablar negociaciones a nombre del gobierno provincial de Juan Carlos Romero, fue reconocido a través de imágenes televisivas como un represor de la ultima dictadura militar. Nazario tuvo que presentar la renuncia y a los dos días fue removido de su cargo.
El inicio de una tradición de lucha
El encuentro y la confluencia de los más diversos sectores sociales durante la semana que duró el corte de ruta, fue congeniando un plan conjunto donde las necesidades de todos los sectores se vieron representadas.
Aquellos reclamos se plasmaron en 36 puntos reivindicativos que verdaderamente tenían la base y espíritu de un autentico plan de gobierno.
Juan Nieva comenta sobre este punto: “El piquete se levanta el 14 de mayo con diferentes cuestiones reivindicativas: obras, planes sociales, entre otras cuestiones. Podríamos llegar a decir que el poder del pueblo gobernó durante 7 días, porque el gobierno intentó por todos los medios y no pudo, el pueblo lo venció”.
“Ha sido la lucha mas importante que ha tenido el departamento San Martín. Por la repercusión que tuvo y por la cantidad de gente que acompañó. (…) Fue un símbolo muy fuerte de la lucha social contra un modelo neoliberal que había generado la privatización de YPF y la sumisión en la pobreza de toda la zona. Un momento donde se logró consensuar casi en un 90% a todos los sectores de la sociedad del departamento, en la necesidad de tener una idea única, una idea de que era necesario estar juntos detrás de un objetivo. Y ese objetivo era reflotar y levantar a la sociedad. Mucha gente lo hizo de forma totalmente desinteresada, sin la búsqueda de ningún beneficio personal”, comenta Andreani.
Así como las jornadas en Tartagal y Mosconi tomaron como ejemplo lo sucedido apenas un año antes en la neuquina Cutral Có, los acontecimientos en el norte del país fueron un modelo que se replicó en diversos lugares por su carácter amplio y autónomo.
Los movimientos de trabajadores desocupados se multiplicaron a lo largo y a lo ancho, utilizando el piquete como la herramienta de lucha y visibilización.
“Muchos de los que hoy son referentes políticos y sociales, pasaron por Mosconi. Para nosotros lo que pasó fue un ensayo pre-revolucionario. Ahí pudimos notar que cuando el pueblo tiene un referente o busca un referente que realmente lo represente, acompaña”, reflexiona Nieva.
A pesar de las tergiversaciones, manipulaciones e intentos por desprestigiar la lucha, el pueblo logró unificar caminos con un horizonte claro: revertir la situación social por la que estaba atravesando.
Aquellos protagonistas, en su gran mayoría anónimos, un día caminaron hacia la ruta con la intención de lograr alguna mejora en su condición de vida. Lo que posiblemente no imaginaban, era que estaban escribiendo una página grande en la historia de las luchas populares de la Argentina.