Previo a emprender su cuarto viaje a Estados Unidos, Javier Milei decidió aceptar la renuncia de su jefe de gabinete, Nicolas Posse. La decisión la tomó el presidente tras semanas de rumores y especulaciones sobre la salida del funcionario por las demoras en la gestión y las diferencias con dirigentes de la administración libertaria, tanto con el propio Milei como con su hermana Karina.
El presidente había adelantado la semana pasada en una entrevista televisiva que iba a tomar una decisión sobre su equipo de colaboradores. Aunque habló de poner “en revisión” a todo el Gabinete, su mirada estaba puesta en Posse. Cuando fue consultado por su jefe de gabinete, Mieli contestó que “cuando gestiona tiene hitos, el primer hito de este Gobierno es el desenlace de la ley Bases, marcado ese hito, tenemos que hacer una evaluación de resultados. No solo Posse, sino todos los ministros”. Sin embargo, la tensión al interior de gabinete creció y no pudieron esperar a la sanción de la ley bases y el pacto de mayo.
Por tanto, la renuncia de Posse fue confirmada oficialmente por el Gobierno en el día de ayer. El cargo de jefe de gabinete de ministros quedará en manos de Guillermo Francos, hasta entonces, Ministro del Interior, la cartera política por excelencia, que será degradada a Secretaría y absorbida por la jefatura de gabinete.
En el comunicado publicado por la oficina del presidente indica que la renuncia presentada por Posse responde a “la diferencia de criterios y expectativas en la marcha de gobierno y las tareas encomendadas”. El propio comunicado expresó que Francos asumirá en el cargo que ocupaba Posse “con el objeto de brindar mayor volumen político a la Jefatura de Gabinete. En ese marco, “la Jefatura de Gabinete absorberá las competencias del Ministerio del Interior, en una Secretaría de Interior, a cargo del Dr. Lisandro Catalán”.
El comunicado del Ejecutivo excluyó agradecimientos al funcionario saliente, como suele suceder. En cambio, caracterizó a Francos por su “profesionalismo, experiencia y capacidad política “. Como ministro de interior, Francos se convirtió en un actor clave para el oficialismo. La cartera del Interior cumple una función central como eje del diálogo y la negociación entre el Ejecutivo nacional y las gobernaciones provinciales.
Desde el inicio de la gestión libertaria, Guillermo Francos cumplió un rol fundamental en las negociaciones por la ley de bases y el paquete fiscal, siendo este uno de los principales objetivos del gobierno que cuenta con escasez de legisladores y conflictos provinciales. “El Presidente me elige a mí porque se da cuenta de que con la política argentina a él se le hace complicado, porque no la entiende, tiene diferencias” declaró Francos luego de ser conocida su designación.
La salida de Posse se suma, de esta forma, a la ya larga lista de funcionarios dimitidos en un Gobierno que recién cumplirá seis meses de gestión el 10 de junio. Posse es el segundo ministro en dejar el gabinete, tras la salida en enero de Guillermo Ferraro, entonces a cargo del Ministerio de Infraestructura. Desde ese momento que Posse había quedado en el centro de la lupa, en tanto se demoró de manera injustificada en la separación del gobierno al entonces ministro de Infraestructura. A Ferraro el presidente lo echó por considerarlo responsable de una filtración a la prensa de información sensible de una reunión de Gabinete. El mandatario resolvió despedirlo pero el proceso de desvinculación tardó meses, supuestamente por la dificultad en distribuir las funciones de esa cartera en otros ministerios. A esta situación se le suma los retrasos en la designación de gran cantidad de posiciones en la administración pública central que, todavía, siguen vacantes. Sin embargo, el mayor malestar entre el presidente y el ahora ex jefe de gabienete tuvo su momento de mayor tensión hace dos meses, cuando Milei firmó una resolución que aumentaba los sueldos de los funcionarios jerárquicos del Gobierno, incluido el suyo, pese a su objetivo recortar el gasto público y terminar con “la casta”. Según se dejó trascender, la responsabilidad fue de la Jefatura de Gabinete y, ante el malestar social generado en un contexto de brutal ajuste y caída de salarios, Milei se vio forzado a admitir que había firmado algo que desconocía y a revertir el incremento.
En las últimas dos semanas, el entorno del mandatario y su hermana Karina, secretaría general de la presidencia, cuestionaban a Posse por demoras en la toma de decisiones y por su falta de compromiso con las iniciativas de Milei. Además, le apuntaban por la gestión en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI): se llegó a insinuar que desde allí se espiaba al propio Gobierno. Si bien nadie lo reconoció públicamente, la sospecha quedó instalada porque, junto con Posse, fue removida la conducción de la AFI, Silvestre Sivori.
También hubo mucha disconformidad con el informe que brindó ante el Senado de la Nación y donde se conoció por primera vez la voz del hasta entonces gran amigo del presidente. Las quejas apuntan a que Posee desenfoco la atención del Pacto de Mayo y el paquete fiscal, a un acto institucional que podía haberse demorado dos semanas o incluso un mes más.
El miércoles pasado, cuando el presidente montó un show en el Luna Park y cantó para presentar su último libro, la ausencia de Posse se hizo notar. Ya desde ese momento se comentaba que Posee sería desplazado. Una señal de la tensión dentro del Gabinete fue que la decisión no pudo esperar al “desenlace de la ley bases”, como esperaba Milei.
La comunicación oficial del despido que hizo la propia Jefatura de Gabinete, aún en manos de Posse, intentó suavizar las diferencias internas:: “Posse continuará acompañando, como desde el primer día, las ideas de la libertad, la defensa de la vida y la propiedad y el proyecto de una Argentina libre impulsado por el presidente Milei” desde “un nuevo rol, que será dado a conocer en los próximos días”.
Los movimientos en el Gabinete de Milei continuarán en las próximas horas. Ya fue anunciado que el economista Federico Sturzenegger, autor intelectual de gran parte de las reformas que impulsa el Gobierno, asumirá en un nuevo ministerio de modernización o desregularización del Estado.