Estudios de universidades públicas, CONICET y la UCA coinciden en el aumento de casos en los últimos años. Y brindan un perfil del apostador online en Argentina: varones, cada vez más jóvenes, que apuestan porque lo hacen sus amigos. El rol de los influencers y las figuras del deporte.
La ludopatía digital se ha transformado en una epidemia silenciosa que afecta en Argentina y alrededor del mundo. En una nueva agenda pública de la Fundación COLSECOR, pensada con el objetivo de difundir temas de interés social, este informe detalla la prevalencia del juego compulsivo en Internet ¿Cuáles son las causas de esta problemática?, ¿Cómo son los pasos habituales que sigue un jugador y los efectos en su salud mental? Gambling disorder es el nombre elegido hace sólo tres años por la OMS para poner en alerta esta problemática, que no discrimina ámbitos ni clases sociales, pero sí tiene a jóvenes varones, muchos menores de edad, como los principales abonados a dejar todo por una apuesta.
Los jóvenes que ingresan al sistema de apuestas online buscan dinero fácil y entretenerse. Así se da en un primer momento. El problema -remarcan los especialistas- es que empiezan apostando cantidades pequeñas por diversión y acaban perdiendo el control. Existen numerosas modalidades de juego por Internet, pero actualmente las que están en auge son las apuestas deportivas.
Así, inician con deportes que conocen, como el fútbol, pero con el tiempo apuestan en cualquier otra disciplina, conozcan o no las reglas. El azar los atrapa y la industria del juego, a su vez, les presenta un abanico de estímulos, que se convierte en una trampa: los créditos iniciales para entrar sin poner del propio bolsillo es una de las estrategias más utilizadas por las casas de apuestas. La otra es naturalizar el juego online como una actividad inofensiva a partir de las campañas publicitarias de influencers y figuras del deporte. Las apuestas virtuales están prohibidas para menores de 18 años, y aunque los ídolos adviertan que “no pueden apostar”, los filtros de edad son endebles y los sitios ilegales no constatan la información suministrada. A esto se suma que, desde 2017 en Argentina, los menores pueden acceder a tarjetas de débito, transferencias digitales y billeteras virtuales en distintas plataformas, incluso sin costos de mantenimiento.
Informe completo en la Web de la Fundación COLSECOR