La policía llegó en una camioneta de los agresores y otra vez fue cómplice de la violencia a pesar de que el juez Mariano Castro había ordenado resguardar la integridad física de quienes participan de la marcha.
Un grupo de unos 30 trabajadores rurales que responden al magnate británico Joe Lewis, que mantiene bloqueado el acceso a Lago Escondido en Río Negro, atacó a golpes, gas pimienta, palazos, rebencazos, piedrazos y hasta les tiraron los caballos encima a unos ocho integrantes de la séptima marcha que reclama la liberación de los caminos públicos para llegar al espejo de agua.
La policía llegó en una camioneta de los agresores y otra vez fue cómplice de la violencia a pesar de que el juez Mariano Castro había ordenado resguardar la integridad física de quienes participan de la marcha.
Así fue el ataque de los peones que responden a Lewis a los integrantes de la marcha por la soberanía sobre el Lago Escondido.
El ataque terminó con varias personas heridas de distinta gravedad, uno de ellos con un golpe importante en la cabeza y la pierna quebrada. También fue agredida Alejandra Bartoliche, trabajadora de prensa de la Agencia Télam, que se encontraba registrando la actividad.
Julio César Urien, uno de los organizadores e integrante de la Fundación Interactiva para la Promoción de la Cultura del Agua (Fipca), relató una vez terminada la agresión que las ocho personas “ habían ingresado al camino de Tacuifí por un sendero público” y cuando informan a la Policía “que iban a salir por la tranquera de Tacuifí, el grupo de los que le sirven a Joe Lewis los agredieron a caballo”.
“Fue una verdadera cacería y la policía en vez de socorrer a los compañeros participaron también de esa cacería”, denunció.
Julieta Luna fue una de las agredidas que decidió relatar lo sucedido: “Nos rodean con los caballos y empezaron a las piñas. Arrastraron a la periodista de Télam y le quisieron robar la cámara. A los compañeros le pegaron palazos, hay uno que tiene la pata quebrada y un corte en la nariz; hay otro todo golpeado, tiene un chichón en la cabeza; a la compañera Celeste Fierro le pegaron palazos en la cabeza, quedó toda ensangrentada. Nos perseguían y arrastraron hasta que nos volvimos para atrás en donde tuvo que llegar la ambulancia”.
Sobre la respuesta de la Policía de la provincia de Río Negro, señaló que llegaron al lugar “en la camioneta de uno de los peones que nos había agredido, que fue reconocido por uno de nuestros compañeros, sin Handy, sin móvil policial, y tuvimos que esperar a que llegara la ambulancia para que nos traiga”.
Cobertura de FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias)