Se cumplen 103 años del nacimiento de la Radiodifusión
La única manera de superar que el año de los 100 años encendida la radio atravesó, como las personas, como el mundo, una etapa de aislamiento apocalíptico, es festejando de ahora en más, sin importar cifras redondas, cada 27 de agosto. La radio no pudo celebrar su centenario en la paradoja de un casi fin del mundo tan universalmente extendido como aquella ficción que universalizó el poder de la sonoridad y la comunicación con una ficción irradiada sin aclarar que se trataba de arte. Ese suceso puede ser ubicado encima del resto en la historia de la radio. Pero en polémica disputa con sus hitos fundacionales.
Un micrófono colgando, unos hilos de alambre, unos parlantes recauchutados de equipamiento hospitalario y militar y el ingenio para poner a sonar una ópera que nunca supo que estaba atravesando las paredes de un teatro sin obstáculos. Así, sin obstáculos e indetenible evolucionó y revolucionó a la sociedad, a los medios masivos pre existentes y lo transformó todo. Nos fijó horarios, nos creó costumbres y abrió las puertas de un universo nuevo emergido en la chispa de combinar palabras, músicas, sonidos y silencios…
No paró nunca de modificarse a sí misma en un espiral viciado de avances tecnológicos. Pero también fue mutando en contenidos, en objetivos, en entonaciones e intencionalidades. La que en algún momento se escuchaba haciendo fuerza y entre ruidos, encontraba claridad con la altura y la potencia, ahora ni siquiera depende del aire para llegar entera. La que alguna vez nos obligó a esperar para escuchar lo deseado, ahora nos permite elegir qué, cuándo, dónde y hasta cómo escuchar lo que queramos.
Todo puede caber en la radio. Todo. Hasta lo intangible, lo inconmensurable, lo inesperado y lo que a uno y otro extremo del espectro de lo imaginable pueda concebirse lo más lógico y lo más inadmisible. Y todas y todos, todes podemos ser parte de sus hipnóticos devenires casi sin impedimento. Podemos escuchar radio hasta sin querer. Y cada vez más podemos hacer radio hasta sin saber. Que esa revolución no terminará nunca, ya no es una duda. No pasemos por la vida sin experimentarla aunque sea un poco.
Hagamos radio para transformarlo todo. A 103 años del nacimiento de la radio, De la Azotea en camino a 20 años en el aire.