Terminó Junio, y el orgullo quedara guardado en el primer cajón de muchas empresas esperando hasta el año próximo.
Mientras tanto en nuestro municipio se aprobó una ordenanza que mata lentamente entre el abandono y la violencia institucional, dándole también poder a la fuerza policial, a uno de los sectores más vulnerados de nuestro colectivo de la diversidad.
Mientras que para vos es “cool” que nuestro orgullo se pegue en un sticker en tu termo, que nos puedas sacar fotos cuando nos damos un beso, porque somos re “tiernas”, para nosotras, nosotros y nosotres el orgullo significa algo mucho más adentro.
No todas las personas que somos parte del colectivo nos pintamos con brillos, ponemos una bandera en la ventana, o subimos fotos al Instagram. Algunas de nosotras/es/os perdemos nuestras casas, nuestros hijxs, y somos excluidas al abandono. No tenemos estudios, porque la estigmatización nos vulnero desde que estábamos en nuestra infancia, hay pibitas que tuvieron que ir a ganarse el plato de comida, o el lugar donde vivir desde la calle… Para muchas de las personas que somos parte del colectivo, nuestros derechos adquiridos nos costaron la vida de compañeras y compañeres. Y no, no queremos siempre ser aguafiestas, ni el centro de atención… Así como recordamos a cada uno de los próceres de nuestro país y se nos llenan los ojos de lágrimas cuando enumeramos las conquistas populares, vamos a reivindicar nuestras pérdidas y nuestras ganancias hasta que sean parte de nuestros libros de escuela… La diversidad no se trata solo de la relación de dos personas del mismo sexo besándose. Y aunque nos suba el algoritmo, también es el patriarcado y el capitalismo colándose por nuestras venas, y no alcanza.
(fragmento La nota Tucumán)
“Esta diversidad neoliberal toma prácticas placenteras de nuestro orgullo pero deja de lado reconocimiento de derechos y la lucha por un Estado que garantice esos derechos para todes.”
EL movimiento LGB TIQPNB+ tiene un recorrido de muchos años, en busca de conseguir los derechos que naturalmente se te otorgan desde el momento de nacer, pero con la consigna de que seas heterosexual.
Nuestro orgullo reconoce que necesitamos saber cómo nuestra historia, atravesó la historia que conocemos. No nacimos putos recién hoy, ni las tortas se inventaron en el año 2000, ni las travestis/trans salieron de debajo de las baldosas… Somos, fuimos, nos creamos, y nos sostenemos. Nacimos en hogares heterosexuales, y atravesamos vidas enteras en mentiras y violencias, pero muchas otras personas pudieron también ser parte de la historia que no nos eligen contar. Abrazamos a quienes hoy salen a la calle sin prejuicios, porque es en ellos, ellas y elles en quienes nos quisimos convertir, y son también el reflejo de esta lucha colectiva.
Nuestro orgullo no sale del closet los meses de Junio. Nuestro orgullo se siente todos los días. Orgullo de pertenecernos, de reconocernos, y de sostenernos. El orgullo es nuestro. Nadie puede apropiarse de él, no lo cedemos. Muches de nosotres pagamos muy caro el derecho a nombrarnos.
A nuestras compañeras travestis, las que van a ser más víctimas de esta ordenanza nefasta más que cualquier otro u otra ciudadane de la ciudad, les reconocemos como nuestras sobrevivientes por las cuales sentimos mucho orgullo. Todavía no se puede superar la barrera de los 40 años de vida para esta población, y esto se debe a tanto esfuerzo social que tenemos por sacarlas de nuestras vidas, estigmatizarlas y eliminarlas, como paso por ejemplo con esta ordenanza.
Amigas, nosotres no nos pintamos de colores este mes solo para la foto, asumimos la responsabilidad de lo que representa sentirnos orgulloses.
Así, no festeja nadie.